Millones de inmigrantes en Estados Unidos viven con el temor de perder la posibilidad de regularizar su estatus. Una regla migratoria impone restricciones severas a quienes han permanecido ilegalmente en el país.
Este castigo, conocido como la ley de los 10 años, impide el reingreso a cualquier persona que haya acumulado más de un año de presencia ilegal y luego salga del país. Con las nuevas políticas de Trump, esta medida cobra especial relevancia, afectando tanto a deportados como a quienes buscan ajustar su estatus migratorio.
El Gobierno considera la “presencia ilegal” como el tiempo que una persona ha estado en Estados Unidos sin haber sido admitida formalmente o después de que haya vencido su estadía permitida. A partir de cierto tiempo acumulado, la ley impone restricciones severas para quienes intentan regularizar su situación o regresar al país tras haber salido.
Cómo funciona la ley de los 10 años
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (USCIS) y la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) establecen que cualquier persona con más de un año de presencia ilegal en el país y que salga, voluntaria o forzosamente, no podrá regresar hasta que pasen 10 años.
Esta penalización se activa en tres escenarios:
- Cuando una persona acumula un año o más de presencia ilegal en una sola estadía después del 1 de abril de 1997
- Cuando sale o es deportado bajo cualquier disposición legal
- Cuando intenta reingresar antes de completar 10 años fuera de EE.UU.
Quiénes son los más afectados
Esta norma afecta a personas deportadas o que necesitan viajar fuera del país para obtener una visa de inmigrante. Muchos evitan regularizar su estatus por miedo a quedar atrapados fuera de EE.UU.
Los inmigrantes con familiares ciudadanos pueden solicitar un perdón por presencia ilegal, pero deben demostrar que su ausencia causaría un “perjuicio extremo” a su cónyuge, padre o madre residente o ciudadano.
Exenciones para evitar el castigo de los 10 años
Desde 2013, ciertos solicitantes pueden pedir una exención provisional antes de salir de EE.UU. para su entrevista consular. Esta medida busca evitar separaciones familiares prolongadas y permite obtener una respuesta antes de viajar.
Sin embargo, la exención solo está disponible para quienes tienen familiares inmediatos estadounidenses y cumple requisitos específicos. Además, no se otorga automáticamente, por lo que muchos inmigrantes siguen en incertidumbre sobre su futuro en el país.