Crece la incertidumbre. Con la revocación del parole, la situación de los cubanos con I-220A se agrava bajo el gobierno de Trump.
Más de 300.000 cubanos con formulario I-220A viven actualmente en Estados Unidos sin una vía clara para legalizar su estatus.Viven cada día con la esperanza de acogerse a la Ley de Ajuste Cubano (LAC), pero se les complican aún más las posibilidades con las medidas adoptadas por la nueva administración de Donald Trump. Y es que desde que llegó al poder ha revocado el parole humanitario y endurecido los procesos de regularización.
El formulario I-220A, aunque fue emitido por el propio Departamento de Seguridad Nacional (DHS), no se considera un parole a efectos de la LAC. Por tanto, miles de cubanos quedan atrapados en un limbo legal: no pueden optar por la residencia permanente, pero están bajo una orden de deportación diferida. Y ello, en momentos en que desde la Casa Blanca se les tilda de ilegales o indocumentados.
Parole in place
Una posible solución planteada por la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar es el parole in place. Esta permitiría considerar a estos migrantes como admitidos legalmente sin necesidad de salir del país. Una vía que sin dudas facilitaría el ajuste de estatus para quienes ya están viviendo en Estados Unidos.
Sin embargo, abogados especializados advierten que esta alternativa no requiere un nuevo marco legislativo. Simplemente basta con la voluntad política del DHS para implementarla. Bajo la administración anterior de Joe Biden no se logró avanzar, y ahora, con Trump en la presidencia, el panorama parece aún más complicado. Es como para perder toda esperanza.
Peligran las residencias
Uno de los primeros pasos del nuevo gobierno republicano fue cancelar el parole humanitario otorgado durante la era Biden a más de 530.000 migrantes de Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua. Esa decisión no solo dejó desprotegidos a miles, sino que confirmó el giro radical en materia migratoria. Ahora cada día se toman nuevas decisiones que aprietan aún más el cerco migratorio.
Además, el presidente recientemente ordenó la suspensión temporal del procesamiento de algunas solicitudes de residencia permanente presentadas por personas con estatus de refugiado o asilo. Según el USCIS, esta medida busca detectar posibles fraudes y reforzar los filtros de seguridad. De modo que aunque a quienes están en un limbo migraqtorio se les recomienda hacer el asilo, pero esto tampoco será una garantía a mediano plazo.
Autodeportación
En este contexto de creciente incertidumbre, algunos cubanos con I-220A han comenzado a regresar voluntariamente a Cuba, temiendo una deportación forzosa o su reubicación en instalaciones como la base naval de Guantánamo. La desesperación está empujando a tomar decisiones extremas, especialmente en un clima donde el discurso oficial prioriza la expulsión de quienes no tengan un estatus legal claro.
Pese a los llamados de abogados y activistas, no hay señales de que la administración Trump esté dispuesta a ofrecer una solución humanitaria o política a los miles de cubanos con I-220A. El parole in place sigue siendo una propuesta sin respaldo, y las medidas tomadas hasta ahora indican una línea dura sin concesiones.
Frente a este panorama, expertos en derecho migratorio recomiendan permanecer atentos a cualquier cambio en las políticas y actuar siempre dentro del marco legal vigente, para minimizar riesgos y evitar situaciones que puedan derivar en una deportación inmediata.
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