El caso de un cubano que entró a Estados Unidos con orden I-220A acapara la atención de miles de migrantes en su propia situación. Resulta que el afortunado ya tiene en su poder la residencia permanente (Green Card) en ese país. Lo más curioso del caso es que no tuvo que asistir a la corte de inmigración.
La historia de Ernesto, desde que llegó a Kentucky, la revela el periodista Mario J. Pentón en su perfil de Facebook. Sin una fecha para corte, el cubano optó por una estrategia poco convencional: mantener un buen comportamiento y confiar en encontrar al abogado adecuado. Ernesto fue correctamente asesorado por expertos en inmigración y eligió no solicitar asilo, tampoco explorar otras vías legales.
El citado cubano aplico a la Ley de Ajuste Cubano tras dos años de permanencia en Estados Unidos. En solo tres meses obtuvo una resolución positiva de su caso y ya tiene en su poder la residencia permanente. Dentro de cinco años tendrá la opción legal y real de realizar los exámenes de ciudadanía para la naturalización. Luego podrá solicitar el pasaporte americano, uno de los más poderosos del mundo.
Cambio radical
Ernesto dijo al periodista que contar con una Green Card es un cambio total en la vida. “Para mí será un cambio total, tengo un hijo ciudadano americano y necesitaba que su padre fuera residente para poder trabajar y seguir adelante”.
El migrante dio ánimo a todos los cubanos que tienen una I-220A. “No pierdan las esperanzas, que sí se puede, hay que buscar los abogados correctos”. A propósito, su representante legal, Ismael Labrador, comentó que el trabajo realizado fue el habitual en estos casos.
El experto señaló que en septiembre pasado, la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) emitió un veredicto importante sobre el tema. En el texto se explicó que el formulario I-220A no constituye un Parole para los efectos de la Ley de Ajuste Cubano.