En Estados Unidos, más de 42 mil cubanos tienen órdenes finales de deportación, según un reciente informe del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Estas órdenes han sido emitidas por jueces de inmigración, pero la mayoría de estas personas no han sido deportadas debido a varios factores que complican el proceso.
Razones detrás del estancamiento en las deportaciones
El gobierno de Joe Biden no ha priorizado las deportaciones de cubanos, lo que ha contribuido al estancamiento de muchos casos. Además, Cuba figura en la lista de países recalcitrantes, que tradicionalmente no aceptan a sus ciudadanos deportados. Este rechazo por parte del régimen cubano ha dificultado la ejecución de las órdenes emitidas por las autoridades estadounidenses.
A pesar de esto, el regreso de Donald Trump al poder podría cambiar significativamente el panorama. Su administración ha prometido medidas más estrictas contra los países que no cooperan con las deportaciones, incluyendo la posibilidad de imponer sanciones o limitar la emisión de visas.
Comparativa con otros países
Aunque las cifras de cubanos con órdenes de deportación son significativas, otros países enfrentan problemas más graves. El Salvador tiene más de 202,000 ciudadanos con órdenes finales de deportación, seguido de Honduras (261,000) y Guatemala (253,000). En total, Estados Unidos alberga a más de 1.4 millones de personas con estas órdenes, lo que refleja la magnitud del desafío migratorio.
La situación de los cubanos afectados
Los cubanos con órdenes finales de deportación enfrentan un futuro incierto. Muchos han iniciado procesos legales como apelaciones o nuevos argumentos en los tribunales para evitar su salida del país. Sin embargo, el riesgo de deportación sigue latente, especialmente para quienes no logran avanzar en sus casos.
Cuba y su postura frente a las deportaciones
El régimen cubano, que atraviesa una grave crisis económica y social, depende de la emigración como válvula de escape para reducir tensiones internas. Sin embargo, su negativa a aceptar a deportados podría enfrentarse a mayores presiones si la administración Trump endurece las políticas migratorias.
En este contexto, la relación entre Estados Unidos y Cuba podría experimentar cambios significativos. Restricciones adicionales en la emisión de visas para cubanos podrían ser utilizadas como herramienta de presión para forzar la cooperación del régimen. Mientras tanto, los próximos meses serán decisivos para determinar el destino de miles de cubanos en Estados Unidos y las posibles repercusiones en la isla.