El nuevo jefe la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en Miami, dijo que tomará medidas enérgicas para impedir la llegada de balseros cubanos y de otras nacionalidades a la Florida. Así lo aseguró Walter “Neil” Slosar en entrevista para Local10 News.
Slosar trabajó previamente en el Sector de El Paso, Texas, donde fue Agente de Patrulla y Jefe Adjunto Interino. Ahora llega a Miami para tratar de impedir el arribo de migrantes. En ese sentido precisó que será implacable con los contrabandistas de personas. También pidió a las personas a que no se lancen al mar para arriesgar sus vidas en vano.
En la extensa entrevista ofrecida al medio local, el nuevo agente jefe de patrulla fue enfático en cuanto a los esfuerzos del cuerpo que dirige para detener a los traficantes de personas.
“Las organizaciones criminales que sobrecargan estos barcos sacrifican la seguridad de los migrantes en aras de las ganancias. Solo hay espacio para estar de pie en esos botes, no hay suficiente agua, no hay suficientes salvavidas”, señaló Walter “Neil” Slosar.
Dijo saber que las personas tienen razones para querer ir a Estados Unidos, de ahí los arribos a lo largo de la costa de Florida. Sin embargo, la misión de los agentes es cumplir las leyes, por lo que no pueden decidir quién entra o no a Estados Unidos.
“Nuestra principal preocupación es la preservación de la vida humana”, precisó Slosar, quien lamentó que los traficantes se aprovechen de la desesperación de los que abandonan sus naciones por una vida mejor.
El Sector de Miami de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos tiene a su cargo 1200 millas de la frontera costera. Abarca los estados de Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia y Florida.
Migración incontrolable
La mayoría de los migrantes que intentan atravesar el Estrecho de la Florida son balseros cubanos y de Haití. El incremento de los últimos meses resulta preocupante para las autoridades estadounidenses.
Desde octubre hasta marzo, se han reportado 91 eventos de contrabando marítimo que han tocado tierra en Florida.
En barcos rústicos o yates con mejores condiciones, balsas y hasta tablas de surf, las personas tratan de alcanzar las costas a cualquier precio. No todos logran su objetivo, y son frecuentes los reportes de migrantes desaparecidos en el trayecto, que nunca llegaron a su destino.