Con la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2024, se renuevan las preguntas sobre posibles cheques de estímulo para los estadounidenses en este nuevo mandato.
Durante la pandemia de 2020, Trump aprobó dos rondas de cheques de estímulo, distribuyendo un total de $1,800 dólares para apoyar a millones de personas afectadas por la crisis sanitaria y económica.
Ahora, con su regreso a la Casa Blanca, muchos se preguntan si volverá a incluir estos pagos en su programa económico, especialmente en un contexto en el que varios sectores aún se encuentran en recuperación.
En situaciones de crisis económica, los cheques de estímulo han sido una herramienta utilizada para «activar» la economía y apoyar a los ciudadanos con dificultades financieras. Estas ayudas, que pueden presentarse en forma de pagos directos, exenciones fiscales o reembolsos, son fundamentales para millones de familias.
En el caso de los programas de estímulo de 2020 y 2021, aproximadamente 165 millones de estadounidenses recibieron apoyo, lo que ilustra la magnitud de este tipo de intervenciones en tiempos de necesidad.
Trump, en diferentes declaraciones, ha expresado su interés en considerar estímulos en caso de que ocurra una situación imprevista que afecte gravemente a la economía. Sin embargo, el Dr. Jim Ronan, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Villanova, advierte que los pagos de estímulo podrían complicar la relación de Trump con su base conservadora.
«Los votantes conservadores podrían ver los pagos de estímulo como un riesgo para la plataforma económica de Trump», afirma Ronan, quien además sugiere que un evento de gran magnitud, similar a la crisis de 2008 o la pandemia de COVID-19, sería necesario para justificar un paquete de estímulo en esta nueva administración.
Las prioridades económicas de Trump en su nuevo mandato
En esta etapa, la agenda económica de Trump parece centrarse en reducir la dependencia de productos importados, especialmente de China.
Entre sus objetivos para los próximos cuatro años se encuentra el establecimiento de aranceles universales sobre la mayoría de los productos extranjeros y la eliminación del estatus de China como nación favorecida en el comercio con Estados Unidos.
Estas políticas buscan fortalecer la industria nacional y disminuir la dependencia de bienes esenciales procedentes del extranjero.
Aunque algunos sectores de la sociedad norteamericana consideran que los estímulos económicos directos son necesarios para apoyar a las familias en la actual etapa de recuperación, las propuestas actuales de Trump se enfocan en incentivar la producción local y fomentar la autosuficiencia.
Hasta ahora, no se ha mencionado ningún plan específico para cheques de estímulo en su administración, y la estrategia principal parece dirigirse hacia la protección del empleo y la industria en suelo estadounidense.
Sin embargo, la historia muestra que estos programas de ayuda pueden implementarse rápidamente en momentos de crisis imprevistas. El ejemplo más reciente fue el paquete de estímulos de 2020, aprobado en respuesta a los efectos de la pandemia de COVID-19. Si bien el contexto actual es distinto, algunos analistas económicos no descartan que Trump opte por un enfoque flexible en caso de que surjan desafíos económicos significativos en su nuevo mandato.
En conclusión, aunque muchos esperan ver una postura clara de Trump sobre los cheques de estímulo, las prioridades en este momento parecen estar enfocadas en la economía nacional y la reducción de importaciones.