El congresista republicano Andy Ogles, representante de Tennessee, presentó una propuesta en la Cámara de Representantes para modificar la 22ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, con el objetivo de permitir que el presidente Donald Trump pueda aspirar a un tercer mandato en la Casa Blanca.
Actualmente, la Constitución limita a los presidentes estadounidenses a dos mandatos consecutivos, una norma establecida tras la ratificación de la 22ª Enmienda en 1951, después de que Franklin D. Roosevelt ocupara el cargo durante cuatro periodos consecutivos.
Según Ogles, el liderazgo de Trump es crucial para “restaurar la república” y revertir lo que considera un periodo de decadencia bajo la administración demócrata de Joe Biden.
El legislador argumentó que Trump necesita más tiempo para implementar las reformas necesarias y devolver la estabilidad económica y social al país. “El liderazgo decisivo del presidente Trump contrasta marcadamente con el caos de los últimos años”, señaló Ogles.
Sin embargo, la aprobación de la enmienda enfrenta un proceso complejo. Para modificar la Constitución, se requiere el apoyo de una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Congreso y la ratificación por parte de tres cuartas partes de las legislaturas estatales. Históricamente, este proceso ha sido superado por pocas enmiendas.
Críticas y apoyos
La propuesta ha generado un intenso debate político. Los defensores sostienen que Trump representa una figura indispensable para enfrentar los desafíos del país, mientras que los críticos advierten que alterar los límites de mandato podría poner en riesgo los principios democráticos.
Aunque Trump no ha respaldado explícitamente la idea de un tercer mandato, en varias ocasiones ha hecho comentarios ambiguos al respecto. En un mitin reciente en Las Vegas, bromeó sobre servir “tres o cuatro veces” en la presidencia, aunque aclaró que planea limitarse a los dos mandatos permitidos.
Los comentarios del presidente, combinados con la propuesta de Ogles, han reavivado las tensiones en torno a la influencia de Trump en el Partido Republicano y el futuro de la democracia en Estados Unidos.
Por ahora, el camino hacia una posible modificación constitucional parece lejano, pero la iniciativa refleja el impacto político continuo de Trump y el deseo de ciertos sectores republicanos de extender su legado.
