La gran vedette cubana, conocida mundialmente como Rosita Fornés, no está respondiendo al tratamiento al que está siendo sometida en un hospital de Miami, informó su representante y yerno, José Antonio Jiménez, en su página de Facebook.
“Para todas aquellas personas que están preocupadas sinceramente por la salud de Rosita, les comunico que aunque está sedada y estable en sus parámetros, su organismo no está respondiendo como en anteriores ocasiones y la tendencia no es positiva”, escribió en su perfil Jiménez.
Rosita Fornés, según explicó el propio Jiménez, padece hace años una enfermedad crónica en el sistema respiratorio, producto de un efisema pulmonar que en determinados momentos hace que sus niveles de oxígeno en sangre disminuyan.
Siempre que esto ocurre, Rosita es ingresada en una entidad médica, y a través de un tratamiento de ventilación consigue recuperar sus niveles de oxígeno, necesarios. Ya ha sucedido en tres ocasiones y siempre ha salido recuperada, aunque en este caso, el tratamiento al parecer no ha funcionado lo que se requiere.
“En esta última ocasión ocurrió algo similar, pero es cierto que la respuesta de su organismo no es la misma porque a sus 97 años, no se puede pedir más. No obstante, los especialistas del Doctor Hospital de Coral Gables una vez más han estabilizado su estado de salud”, dijo en una primera aclaración, hace dos días, el propio Jiménez.
Evidentemente ha habido un retroceso en su evolución, y Jiménez ha recalcado que “queremos ser muy sinceros y no crear falsas expectativas, pero en los días subsiguientes los médicos piensan que su total recuperación sería muy difícil, aunque hay que aferrarse a la fe. Tiene una atención médica esmerada las 24 horas del día. Seguiremos informando el desarrollo de su tratamiento por esta vía diariamente”, explicó.
“Su final solo está en manos de Dios”, había dicho Jiménez en una primera ocasión y al parecer así será.
Rosita Fornés, nació el 11 de febrero de 1923 en el Woman’s Hospital de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, como Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia, hija de padres españoles.
Aunque nace de casualidad en ese país, pues su madre llegó embarazada de tres meses, en la época de los barcos, realmente ellos estaban radicados en Cuba. Su madre era oriunda de Madrid, y su padre de Islas Baleares.
A finales de 1925, Guadalupe, su madre decide regresar con la pequeña Rosita a La Habana, quedando Santiago, el progenitor en Nueva York. Tras el distanciamiento y posterior divorcio, Lupe contrae nuevo matrimonio con el empresario de perfumería, cosméticos y de bienes raíces, José Fornés Dolz, también español, pero de Valencia.
Él le brindó a Rosita el verdadero amor paternal, y ella le agradeció tomando su apellido como tal, y así lo internacionalizó para siempre. Rosita viajó por todas partes del mundo, actuaba, cantaba en teatros y cabarets, en telenovelas, en filmes desde la década del 50 y se hizo la gran vedette cubana.
