La Policía Nacional ha desarticulado una red criminal dedicada al tráfico ilegal de cuerpos en Valencia.
El entramado, descubierto en la operación «Thanathos», operaba desde una funeraria especializada en repatriación de difuntos.
Los delincuentes, según revelaron fuentes cercanas a la investigación, obtenían los cuerpos de manera fraudulenta, falsificando documentos para retirarlos de hospitales y residencias. Posteriormente, los vendían a una universidad privada de la provincia para su estudio, cobrando alrededor de 1200 euros por cada cadáver.
Así actuaban
El modus operandi de la red incluía prácticas macabras como desmembramientos y disecciones para poder incinerar varios cuerpos en una sola cremación, maximizando sus ganancias y evitando ser detectados. Además, se especializaban en buscar fallecidos extranjeros sin familiares para no dejar rastro y dificultar la investigación.
Las pesquisas, que comenzaron a principios del año pasado, revelaron múltiples irregularidades, incluyendo la falsificación de documentos en registros hospitalarios y civiles. Se estima que la red habría facturado miles de euros a la universidad por incineraciones que no fueron realizadas.
Los detenidos, entre ellos los responsables de la funeraria y dos de sus empleados, enfrentan cargos por estafa y falsificación documental. Las autoridades están depurando responsabilidades y advierten que este tipo de prácticas son ilegales en España, donde la ley prohíbe la venta de cadáveres para estudios universitarios.
Las universidades implicadas en el caso, como la Católica y la Universitat de València, se desvincularon de la compra de cadáveres, asegurando que operan únicamente con donaciones altruistas y siguiendo estrictos protocolos legales y éticos. La investigación sigue en curso para esclarecer todas las ramificaciones de esta red criminal y llevar a los responsables ante la justicia.