Las multinacionales de servicios financieros Visa y Mastercard, con sedes en California y Nueva York, respectivamente enfrentan en estos momentos la demanda judicial presentada por una compañía de abogados ante una corte federal de Estados Unidos, bajo el amparo de la ley Helms-Burton.
Los demandantes acusan a ambas compañías por brindar sus servicios de redes de pago desde dos propiedades que fueron confiscadas tras el triunfo de la revolución cubana en enero de 1959.
Visa y Mastercard tienen operaciones en los hoteles Iberostar Tainos, Meliá Las Antillas, Blau Varadero y Starfish Varadero, los cuales se encuentran emplazados en dos bienes que fueron confiscados a la familia de Robert Glen, según dio a conocer el Consejo Comercial y Económico EEUU-Cuba.
La demanda podría ser aceptada tras la activación el año pasado del título Tercero de la Ley Helms-Burton del año 1996, el cual se mantuvo en suspenso durante más de 2 décadas hasta que el presidente Donald Trump decidió activarlo a finales del año 2019.
Ese cuerpo legal le da el derecho a personas naturales de presentar este tipo de demandas judiciales contra aquellas compañías que se beneficien directa o indirectamente de algunos de los bienes nacionalizados en Cuba luego de 1959.
Desde su entrada en vigor ya se han «certificado» 5913 casos de ciudadanos y empresas que pueden acogerse al Título III por demandas que ascienden a un total de 1900 millones de dólares, pero que, no obstante, con los intereses desde hace más de 60 años ascenderían a 8.521 millones, según aclara el Consejo Comercial y Económico EE.UU.-Cuba.
Hasta la fecha 73 cubano-estadounidenses han presentado una veintena de demandas en distintas cortes de los Estados Unidos con el objetivo de recibir indemnizaciones por sus bienes expropiados. Entre los objetos de las demandas se encuentran puertos, aeropuertos y hoteles de cadenas europeas, principalmente ibéricas.
En el caso de la demanda interpuesta contra VISA Y Mastercard, «hoy las dos propiedades son el sitio de cuatro complejos turísticos frente al mar, que en conjunto cuentan con más de 1.400 habitaciones, además de docenas de piscinas, restaurantes y barras», deja saber la demanda que ya fuera enmendada en marzo pasado.
Las multinacionales financieras, al permitir que los referidos complejos turísticos de sol y playa reciban ganancias de sus huéspedes a través de ambas tarjetas de crédito, incurren en el provecho de propiedades decomisadas, precisa la demanda.
Tal es el caso de la cadena hotelera Meliá, y de su similar Iberostar, las cuales fueron demandadas en tribunales norteamericanos, también bajo el amparo de la Helms-Burton, por operar con bienes nacionalizados por la Revolución cubana.