La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana se ha propuesto impulsar la creación del Museo del Café. El objetivo de la institución será preservar las raíces históricas, así como difundir el impacto cultural y social de esa bebida en la isla.
El pueblo cubano podrá contribuir a través de la donación de objetos, documentos, libros, fotografías y cualquier otro elemento relacionado con el café. Según se ha explicado, para la Oficina del Historiador resulta muy importante la preservación del patrimonio material e inmaterial, de ahí su preocupación en este sentido.
El café llegó a Cuba en 1748 y desde esa fecha ganó un puesto privilegiado en los gustos de sus habitantes. No pocos hábitos y costumbres deben su nacimiento y existencia al aromático grano, al que han dedicado sus escritos poetas, novelistas, músicos, pintores e intelectuales de nuestro país.
Para los especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la existencia de un Museo del café permitirá registrar la historia de la caficultura. Aspectos esenciales a tener en cuenta serán los ecológicos, arqueológicos, arquitectónicos e industriales. Por supuesto, también la contribución de este cultivo al nacimiento y desarrollo de la identidad y cultura del cubano.
De exportadores, al conocido café con chícharos
El café es uno de los productos más comercializados en el mundo. Durante el siglo diecinueve, gracias a los colonos franceses llegados de Haití, Cuba se convirtió en uno de los más importantes exportadores de café en el mundo. Sin embargo, su producción ha vivido un declive durante décadas. Por eso se volvió común consumir el famoso café mezclado (con chícharos), que llega cada mes a los hogares cubanos mediante la cuota normada. Un café de mayor calidad tampoco se halla fácilmente en las tiendas por divisas, y su presencia genera largas colas.
Según fuentes oficiales, el país ejecuta un programa de recuperación y desarrollo que incrementará la producción anual hasta 2030. La apuesta es a incrementar las áreas de cosecha de la variedad arábiga, la más cultivada en las zonas montañosas del centro y del oriente de esta nación caribeña. A partir de esta variedad se comercializan las marcas Turquino, Serrano y Cubita, entre otras.