El objetivo es recuperar la capacidad de generación de la planta, afectada por varias roturas.
El sistema electronergético en Cuba vive un periodo de relativa calma luego de meses de extrema tensión e inestabilidad durante 2021. Los apagones incluso fueron uno de los detonantes de las protestas en julio. Plantas eléctricas flotantes llegaron de Turquía en calidad de arrendamiento para contribuir a estabilizar la generación de un sistema necesitado de nuevas inversiones y recursos.
La termoléctrica «Antonio Guiteras» de Matanzas es la principal de su tipo en el país, y según divulgó la Agencia Cubana de Noticias (ACN), esta planta será sometida a un mantenimiento capital en 2022.
La Guiteras, como generalmente se le conoce, tiene entre sus ventajas que genera electricidad a partir del crudo nacional, trasladado por oleoducto. Ello evita gastos de importación y transportación. El año pasado sufrió varias averías, que sumadas a las de otras termoeléctricas en distintas partes del país, provocaron una disminución importante de la capacidad generadora.
A finales de 2022
De acuerdo con fuentes oficiales, la reparación está prevista para fines de año y se haría en alrededor de 90 días. Abarcará elementos tan importantes como el transformador principal de salida, el generador, la turbina y la caldera.
Ya están en Cuba algunas de las piezas de repuesto, en cambio otras aún deben ser importadas. Además, como parte de este proceso, se terminará la caseta de protección a las bombas de agua de mar y se construirá el muro de contención anti olas, muy dañados por el paso del huracán Irma en 2017.
El gobierno cubano busca garantizar un suministro estable de electricidad, tanto por las vías tradicionales a partir del petróleo y el gas acompañante, como por otras fuentes no renovables de energía. Apostar a los parques solares y eólicos parece ser la meta.
Según afirmó recientemente el ministro de Energía y Minas Liván Arronte Cruz, existen proyectos que involucran a inversionistas de España, India, Rusia, Alemania, Vietnam y China.
De cualquier modo, se trata de proyectos a largo plazo, y aun la dependencia del crudo tanto nacional como importado, determinará por un buen tiempo la certeza de tener o no tener “la luz”.