Más de 12 mil reses robadas y sacrificadas ilegalmente en Villa Clara durante 2022

“Todo el mundo sabe quiénes son los posibles autores y, sin embargo, no pasa nada”.

La ganadería en Cuba sigue estancada, a pesar de la eliminación tardía de la prohibición de comercializar carne de res. A la falta de una alimentación adecuada, del agua necesaria y de medicamentos que tampoco hay para la atención animal, se suma el hurto y sacrificio ilegal.

Un ejemplo elocuente es el de Villa Clara, donde en 2022 fueron robadas y sacrificadas más de 12 000 cabezas de ganado. La cifra resulta alarmante, si se compara con el año 2021, cuando se perdieron por esas causas unas 4 000 reses.

En un artículo del diario estatal Granma, se asegura que las causas de tamaño desastre se hallan en la falta de control y disciplina de los encargados. A eso se suma “la impunidad con que actúan los delincuentes, que acechan fincas y empresas a cualquier hora”.

Según Roberto Pérez García, al frente de Genética y Registro Pecuario de la provincia, “ha faltado el control preventivo por parte del organismo que dirige, además de la acción mancomunada de otros entes que también deben desempeñar una labor más efectiva en el enfrentamiento a ese flagelo”.

Si a ello se suma que durante el año pasado unas 22 000 cabezas de ganado murieron por falta de agua, comida y medicamentos, se comprenderá la dimensión del problema.

Delincuentes impunes

El citado medio reconoce que alrededor del asunto hay mucha impunidad. Baste saber que apenas fueron tramitados ante las autoridades policiales el 1% de todos los casos.

Yusniel Benavides Gutiérrez, fiscal jefe del Departamento de Procesos Penales en Villa Clara, afirma que la situación de crisis económica sin dudas ha incrementado este tipo de delitos, ante los cuales la respuesta no ha sido efectiva.

“Esas son situaciones complejas de esclarecer, por ocurrir en zonas intrincadas y producirse muchas demoras en radicar las denuncias, lo cual limita la oportunidad de la investigación, a lo cual se une el descontrol existente en la masa ganadera en todos los lugares”, indicó Benavides Gutiérrez.

A Roberto Rodríguez Alfonso, un anciano residente en Vega Alta, Camajuaní, le robaron en los últimos tiempos seis bueyes, y ya no cuenta con medios para trabajar su finca. Según él, “ya lo único que nos falta es poner el ganado a dormir dentro de la casa. ¿Usted sabe dónde tenía mis bueyes cuando me los llevaron?, en el portal de la vivienda, y aun así no tuvieron compasión con un viejo de más de 80 años”, dijo  el campesino.

Sin pelos en la lengua Rodríguez Alfonso lanzó una acusación muy seria sobre la negligencia de las autoridades.

“Aquí todo el mundo sabe quiénes son los posibles autores, que visten mejor que nadie, toman bebidas caras y, sin embargo, no pasa nada. Hay mucha impunidad y demasiada blandenguería con esa gente”, afirmó categórico.

Ante la poca eficacia en el actuar de la policía, el periodista termina su escrito citando dos ejemplos de unidades ganaderas en Placetas y Cifuentes. En ellas, los trabajadores han asumido la protección de los animales día y noche con guardias y patrullas. Solo así han podido evitar el vandalismo que campea en el resto de la provincia.

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