No es un secreto para nadie. En Cuba no existen suficientes capacidades en los círculos infantiles para cubrir la actual demanda. Ahora mismo hay 42 mil madres que esperan, en una interminable lista, por una vacante.
La solución “alternativa” de las autoridades de Educación en la Isla ha sido crear las llamadas casitas infantiles en todo el país. De hecho, ya funcionan 60 de ellas en las que se atiende a alrededor de 2 mil niños.
Este proyecto se vincula estrechamente con los centros laborales. Por ejemplo, para abrir una casita de este tipo debe recibirse una aprobación del Ministerio de Educación (MINED). Las entidades estatales, así, dan solución a un tema recurrente constantemente planteado por los trabajadores.
Por razones obvias, el presupuesto para el mantenimiento y logística de cada casita infantil corre a cargo del centro laboral en cuestión. Igualmente tiene que encargarse del local y los recursos materiales en general. En tanto, el MINED aclara que no deben generarse notables diferencias respecto a los círculos infantiles convencionales.
Educación se ocupa de la parte docente
El MINED es el responsable de garantizar los materiales de estudio para cada casita infantil. Además, asegura la cobertura educativa a través de las auxiliares pedagógicas y expertos en la Primera Infancia.
Hace aproximadamente un año el MINED comenzó el proceso de otorgamiento de plazas para círculos infantiles. Entonces existían casi 60 mil solicitudes pendientes. Resultaba la primera apertura tras las nuevas reglas relacionadas con la concesión de plazas en los círculos.
Se pretendía con ellas que los jóvenes se motivaran a formar sus familias. Era, abiertamente, una incitación a la natalidad de la Isla.
Existen varios requisitos para el otorgamiento, entre ellos, que la madre sea estudiante o trabajadora, sin mirar de qué sector proviene. Igualmente, pueden favorecerse los padres o tutores que cumplan con esa condición. Claro, es imprescindible que cuiden y protejan al niño.