La situación actual de la producción agroazucarera en la provincia de Las Tunas, una de las áreas con mayor potencial en este sector clave para la economía cubana, enfrenta graves problemas. Las amenazas a la sostenibilidad de esta actividad, esencial para el país.
La producción cañera en la provincia ha sufrido una drástica disminución, debido a repetidos incumplimientos en los planes de siembra y la falta de cuidados necesarios para los cultivos. Estos problemas, según el medio Trabajadores, se deben tanto a la escasez de recursos e insumos, como a obstáculos de tipo subjetivo que continúan afectando a este sector.
“Uno de los problemas más preocupantes es el desconocimiento por parte de la mayoría de los trabajadores de las 93 medidas aprobadas para salvar la agroindustria azucarera”. Además, se ha observado una resistencia a la creación de colectivos laborales, cuya implementación busca mejorar la eficiencia y aumentar los ingresos salariales de acuerdo con los resultados obtenidos.
Las lluvias persistentes también han causado estragos en las áreas cultivadas, afectando aquellas que no habían recibido las semillas a tiempo. Esta situación demanda un cambio urgente en la estrategia agrícola, que debe priorizar la siembra inmediata tras la preparación de los campos.
La combinación de estos factores ha puesto en peligro la continuidad de la producción de azúcar en Las Tunas. Actualmente, la provincia aún cuenta con cuatro ingenios azucareros con capacidad para producir azúcar y derivados, pero la situación es crítica. En la última campaña de siembra de primavera, solo se logró plantar el 38% del plan establecido, y el ritmo actual de la campaña de frío también está lejos de cumplir las metas previstas.
Desde diciembre de 2020 hasta junio de 2024, la producción cañera en Las Tunas ha disminuido en más de 33 mil hectáreas, lo que representa una pérdida del 48% del área destinada a este cultivo. Actualmente, más del 58% de la tierra asignada al cultivo de caña está vacía, lo que equivale a más de 55 mil hectáreas.
Las empresas azucareras locales están inmersas en una crisis profunda: el ingenio Colombia ha visto una reducción del 78% en su área cañera, mientras que Amancio ha decrecido un 66%, Antonio Guiteras un 41% y Majibacoa un 50%.
Otros obstáculos, incluyen las dificultades para el uso de maquinaria agrícola por la falta de combustible, lubricantes, neumáticos y baterías.
Impacto directo en la canasta básica cubana
En 2024, la situación del azúcar en la canasta básica de Cuba sigue siendo crítica debido a los problemas estructurales de la industria azucarera. La zafra 2023-2024 ha sido una de las peores registradas, y el país no ha podido garantizar la cantidad de azúcar requerida para cubrir las necesidades internas. Según las autoridades, los problemas incluyen bajos rendimientos en la cosecha, escasez de recursos como combustible y dificultades con la maquinaria industrial. Como resultado, la distribución de azúcar en la canasta básica se ha reducido, y los cubanos solo han recibido tres libras por persona, en lugar de las cuatro que estaban previstas.
Este déficit azucarero también afecta otros sectores importantes como la producción de alimentos y medicamentos que dependen del azúcar como insumo. La industria, que alguna vez fue una de las más prósperas del país, sigue mostrando señales de colapso, y se proyecta que las dificultades se mantendrán en el futuro cercano si no se toman medidas estructurales profundas para revitalizar la producción.