El pasado 11 de abril, poco después de despegar de la pista de trabajo en Sur del Jíbaro, la avioneta M-18 se disponía a tirar la octava carga sobre los arrozales de La Sierpe, cuando se apagó el motor y se precipitó a tierra. Ya se conoce qué sucedió.
Según narra el periodista José Luis Camellón para Escambray, en esos instantes “el piloto Léster Pérez Sánchez tuvo, si acaso, un minuto para reaccionar”. “A pura destreza y con sangre fría logró aterrizar sobre un campo de arroz recién cortado”, precisa el texto.
Una comisión nacional especializada investigó el accidente y ya se conocen los resultados.
Se determinó que “la causa que provocó que el motor se apagara en pleno vuelo fue la contaminación con agua del combustible almacenado en una paila, tras la lluvia que precipitó en la zona días antes del hecho”.
El director provincial de Transporte así lo confirmó al periódico espirituano: “A pesar de ser una paila nueva, adquirida recientemente por el país, perdió hermeticidad, le penetró agua y contaminó el combustible”.
De igual manera, la investigación halló “fallas en el proceso del gaseado del avión, que impidieron detectar la contaminación del combustible al serviciarse la nave, lo que ocasionó el daño al motor y la caída”.
PILOTO CUBANO SOBREVIVE A CAÍDA EN PICADA DE SU AVIONETA
Léster Pérez Sánchez, el piloto que sobrevivió a la caída de su avioneta por la presencia de agua en el combustible, dijo al citado medio que es la “primera vez en 30 años que me caigo de un avión”.
No obstante, a pesar del susto, asegura que se siente “listo para volar otra vez”.
“Mis compañeros me dicen que ahora tengo que celebrar dos cumpleaños: el 17 de marzo, el día que nací y, el 11 de abril, cuando salvé la vida, porque el desenlace pudo haber sido peor”, contó.