La escasez de productos básicos en la canasta familiar normada genera mucha indignación entre los cubanos, quienes denuncian la reducción de alimentos esenciales como el azúcar, el aceite y la leche para niños.
Esta semana, el Ministerio de Comercio Interior anunció la distribución de productos en La Habana, capital de Cuba, pero la cantidad y la frecuencia de entrega han dejado a muchos insatisfechos.
Pedro Manuel Cruz expresó su indignación en nuestra propia página: “¿dónde están las 4 libras de azúcar? Son abusadores, nos están quitando la libreta poco a poco, no hay vergüenza”. Su comentario refleja el sentimiento generalizado de frustración ante los incumplimientos de las promesas del gobierno.
Algunos como María González emplearon sarcasmo para preguntar: “¿Y al azúcar le llegó el parole?”. Su comentario reafirma la percepción de que los productos subsidiados por el Estado están cada vez más fuera del alcance del cubano promedio.
El problema, como se sabe, no se limita solo al azúcar. La falta de leche para los niños también ha causado gran preocupación.
¿Qué pasa con la entrega de la leche para los niños en Cuba?
Un comentario anónimo apunta: “¿Y qué sucede con la alimentación de los niños? La leche de la primera decena no la dieron para los niños de 2 a 7 años. No todas las familias tienen poder adquisitivo para comprar en las mipymes la leche, el pollo”.
Juan, otro ciudadano afectado, destacó el incumplimiento en la entrega de aceite: “El aceite de mayo, junio quedó en el olvido y entonces, ¿ya nos quedamos con 2 libras de azúcar?”.
La situación ha llevado a algunos, como Blas, a cuestionar la utilidad de la libreta de racionamiento:
“Hace falta acabar de quitar la libreta, ya no hace falta. Ahora solo sirve como instrumento en manos de los criticadores para desacreditar la obra construida”. Blas sugiere que los recursos destinados a la menguada canasta podrían ser mejor utilizados para abastecer a las mipymes y proteger a los más vulnerables, como los jubilados, con aumentos en sus pensiones.
