El reciente incremento de precios de la Empresa Extrahotelera Palmares escandalizó a no pocos cubanos. Algunas de sus instalaciones en Sancti Spíritus han debido prescindir de algunos proveedores estatales para no subir los costos y poder vender.
Así trascendió en un nuevo artículo del periódico Escambray, que constató que algunas entidades pertenecientes a Palmares lograron bajar sus tarifas para “garantizar el acceso de los clientes y asegurar las ventas”.
Por ejemplo, el Ocio Club de Trinidad comercializa las pizzas entre 100 y 200 pesos, mientras el restaurante Don Antonio, vende la suprema de pollo a 850 pesos y el picadillo de res, a 525. ¿Por qué unos sí y otros no?
El pasado mes, el propio medio estatal mencionaba algunas de las consecuencias del aumento de los precios: “locales vacíos, trabajadores cruzados de brazos o, en algunos casos, sumergidos en las pantallas de sus celulares ante tanta ociosidad”.
En aquella ocasión, el administrador de uno de los establecimientos de la cadena aseguró que “lo que encarece las ofertas son los precios que establecen los proveedores, en su mayoría empresas estatales”.
Por su parte, el director de Palmares en la provincia se defendió alegando que el nuevo esquema de financiamiento se aprobó a nivel nacional. Explicó que ahora “el precio definitivo se conforma teniendo en cuenta el componente en capacidad de liquidez de los insumos, la tasa actual de cambio de 1 por 120 y el valor añadido en moneda nacional”.
“Ojalá existiese en el territorio la posibilidad de adquirir productos e insumos en moneda nacional”, lamentó.
PALMARES REHÚSA CONTACTO CON LA PRENSA CUBANA
En el nuevo acercamiento al tema del periódico provincial no se consiguieron declaraciones de directivos de la empresa. “Escambray propicia otra vez el diálogo con directivos de esta entidad para que puedan ofrecer una explicación al pueblo sobre las alternativas adoptadas en función de regular el aumento de los precios, condicionado también por las altas cuotas que imponen los proveedores. Sin embargo, fue imposible”, se lee en el texto.
Un lector del citado medio escribió que esto “solo puede explicarse porque las máximas autoridades políticas y administrativas de los municipios y la provincia no exigen que se cumpla la política que se plantea desde el primer nivel”.
“Solo les interesa el rédito económico, hacer dinero para «cumplir», y que cargue con eso el ciudadano de a pie”, añadió.