El Servicio Nacional de Migración de Panamá publicó una nota donde informa que el gobierno ha reforzado los controles migratorios.
En el mensaje, comunican que desde el pasado 2 de octubre, el país aplica medidas migratorias “para mitigar el ingreso a Panamá de personas con fines distintos al turismo”.
Según explican, estos viajeros intentan utilizar su ingreso como “supuestos turistas con una finalidad distinta, muchas veces relacionadas con la intención de migrar irregularmente o bien, con actividades no amparadas o reguladas por la Ley”.
De tal manera, Migración Panamá asegura que la medida busca evitar el ingreso de pasajeros que puedan ser víctimas de redes del crimen organizado, especialmente de las dedicadas al tráfico ilícito de migrantes y a la trata de personas.
En este sentido, dieron a conocer que en fecha reciente se desarrolló la Operación Oasis que desarticuló una red de prostitución clandestina, en su mayoría formada por mujeres que se mantenían en el país con estatus de turistas.
“Las medidas no se aplicarán a ejecutivos, inversionistas o excursionistas o personas que en general ingresen al país con fines turísticos”, señalaron en el comunicado difundido.
En septiembre pasado, el gobierno adelantó que los viajeros en los puntos de entrada de Panamá deberían presentar $1000.00 USD como prueba de solvencia económica. Además, los visitantes solo podrán permanecer 15 días en el país.
MEDIDAS MIGRATORIAS PANAMÁ
El anuncio del Servicio Nacional de Migración de Panamá ha sido muy comentado en las redes sociales.
Un abogado consideró que “el problema con estas regulaciones es que dejan todo a discreción del oficial de turno. Esto se presta para que se actúe sobre la base de prejuicios”.
La mayoría opinó que el verdadero problema está en el Darién. “Es que definitivamente hay un negocio redondo ahí, por eso no cierran la ruta y ahora le sumamos los 12 millones que están pidiendo para arreglar a la selva”; “Money Gram y van escoltados por los funcionarios… es un negocio redondo”, escribieron dos personas.
Datos oficiales del gobierno de Panamá indican que más de 360.000 personas ya cruzaron la selva en 2023.