Es un negocio millonario para otros países. Bahamas, por ejemplo, ingresó 100 millones gracias al turismo de tiburones. Cuba promueve este servicio buscando atraer a más visitantes.
El periodista Patrick Oppmann realizó un reportaje para la CNN donde abordó este tema.
Según el artículo, el Centro Internacional de Buceo Sharks Friends, que gestiona el gobierno cubano y está situado en Playa Santa Lucía, «es el único lugar en Cuba y uno de los pocos del mundo, donde los buceadores pueden nadar con tiburones toro».
Dan Whittle, director senior del Environmental Defense Fund, dijo al medio que «la gente viene a Cuba de todo el mundo para nadar con los tiburones».
La organización sin fines de lucro colaboró en 2015 con el gobierno cubano, científicos locales y pesquerías para «implementar mayores protecciones para la vida marina en Cuba».
El directivo manifestó que «un tiburón vivo en el agua en algunos de estos parques nacionales vale cientos de miles de dólares». En este punto, aseguró que «el turismo de tiburones en Cuba suma millones de dólares anuales».
De otra parte, un guía entrevistado para el reportaje considera que es un mito eso de que los tiburones son «agresivos».
«Luego consigues ver un tiburón a un metro y medio de distancia y, cuando sales del agua, dices: «¡Es la mejor inmersión de mi vida!'»», agregó.
De momento, los guías continúan esperando que los turistas se dejen envolver por los «arrecifes prístinos» de Cuba y las «aproximadamente 100 especies de tiburones nativos», sugiere el texto.
No se abordan, sin embargo, las cifras de esta opción de turismo en Cuba. No se menciona cuánto cuesta o cuánto ha ingresado el país por esa “oferta”.
