Directorio Cubano le sigue la pista a otro de los dulces típicos de la cocina cubana. Aunque en la actualidad el boniatillo es casi un arcaísmo para mucha gente. Una especie de reliquia del pasado, o de “secreto de la abuelita”. ¿Cómo prepararlo?
El boniato es una vianda noble, y de producción rápida. Un cultivo de ciclo corto, diría la gente de la tierra. Y en estos tiempos de escasez, se mantiene presente en los mostradores a precios variados (según donde se compre).
Su costo promedio es relativamente barato, sobre todo en comparación con el de otros productos del agro. Por eso, resulta una buena opción para traer a la cocina. Veamos 3 formas distintas, saludables y sabrosas de preparar un postre de boniato.
Empezamos con una receta que no lleva ni leche, ni huevos. Solo necesitamos:
- 2 o 4 boniatos (depende del tamaño, el objetivo es utilizar 2 tazas de su puré)
- 2 cucharadas de maicena
- 1 taza de azúcar
- 1 cucharadita de vainilla
- 1cucharada de ajonjolí (opcional)
Para empezar, lavamos bien nuestros boniatos y los ponemos a cocer con agua (que los cubra). Solo con agua, no agregamos sal ni azúcar. Algunas personas prefieren pelarlos antes de cocinar, otras los cocen con cáscara, y los pelan después: depende de cada quien.
A partir de aquí:
- Hacemos puré los boniatos cocidos.
- Pasamos la pasta por un colador de metal (para eliminar hilachas y fibras)
- Agregamos el azúcar, la vainilla, el ajonjolí, y media taza de agua.
- Cocinamos a fuego medio bajo, hasta disolver el azúcar.
- Cuando comience a hervir bajamos el fuego al mínimo, y poco a poco, agregamos la maicena (previamente disuelta en agua).
- Mezclamos y seguimos cocinando, sin dejar de revolver, hasta que espese.
- Vertemos en un molde acaramelado, dejamos enfriar, y por último metemos nuestro boniatillo en el refrigerador de 4 a 6 horas.
Eglis Fuentes Febles, inspirada, decidió probar a revestir el boniatillo con crema de caramelo.
Disolvió 3 cucharadas de maicena en agua (250 ml /1 taza / 16 cucharadas). Luego, a fuego medio bajo, puso a hacer un caramelo con 6 cucharadas de azúcar morena diluidas en 160 ml de agua (12 cucharadas, más menos). Cuando el azúcar se volvió color de caramelo, bajó el fuego al mínimo, añadió la maicena disuelta, y siguió revolviendo hasta que la crema se espesó. (Ella aclara que, si queda algún pedazo o grumo sin disolver, hay que retirarlo antes de que la crema espese).
Por último, sacó el boniatillo del molde acaramelado y lo revistió con la crema de caramelo. “Yo le puse hojuelas de almendra por arriba. Y aunque la crema estaba deliciosa y acompaña bien, no es necesaria para el sabor”, nos dice Eglis.
¡Se ve realmente de lujo este postre! Una receta que rescata el pasado, y lo actualiza con toques de modernidad, con glamour y sin mucho gasto. Una cortesía de Directorio Cubano.