En su afán por atraer más turistas a la isla, el gobierno cubano arremete, incluso, contra edificaciones patrimoniales y las convierte directamente en hoteles. Ahora la víctima de turno es el cine teatro Payret, un inmueble representativo de la capital, que fue construido durante la etapa colonial, en 1878 y que fue uno de los primeros sitios donde se proyectaron filmes en Cuba.