Prohibido hablar de fútbol en Cuba

Ramón llevaba una década afeitándose en “El Océano” una barbería de su coterráneo Antonio, otro gallego que hacía de la paella el tema de todas sus horas. Le agregaba una que otras veces el jerez y el jamón. Vamos que a Antonio lo que era la comida le venía como anillo al dedo para una conversación. Y no era que a Ramón le agradara mucho aquello, pero por costumbre y porque el viejo Antonio le recordaba a su padre, seguía yendo a esa barbería, a ese barrio.

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