Las mascarillas parecen haber llegado para quedarse, lo mismo en las escuelas francesas que exigirán su uso en los meses siguientes, que en las vidrieras de las boutiques de Milán.
Las mascarillas parecen haber llegado para quedarse, lo mismo en las escuelas francesas que exigirán su uso en los meses siguientes, que en las vidrieras de las boutiques de Milán.