Al norte de la provincia de Holguín, toma su nombre de una cueva con techo derrumbado semejante a una gran piscina natural que permite el acceso a la mayor caverna inundada descubierta en Cuba.
La mayor atracción turística es el propio acceso a la gruta, mediante una dolina o cenote de 30 metros de largo por 15 de ancho y 7 de profundidad, de aguas transparentes y reflejo azulado que da origen a su nombre.