Varios cambios en la política de asilo anunció la actual Administración del presidente de Estados Unidos Joe Biden. La meta no es otra que endurecer los procesos para los miles de migrantes que piden refugio cada día en ese país.
La estrategia trazada se dirige, principalmente, a elevar los estándares en las entrevistas de miedo creíble. Como se sabe, este es un factor determinante a la hora de optar por el asilo político.
Ahora todo pasa por la aprobación de un presupuesto para ejecutar los cambios propuestos. Si no se destinan los fondos necesarios para ello, la Casa Blanca no podrá implementar sus iniciativas.
Ahora mismo el déficit del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sobrepasa los $500 millones de dólares. De ahí, que ICE esté en un jaque constante respecto a su funcionamiento actual y futuro.
Orden ejecutiva sobre la mesa
La Casa Blanca evalúa por estos días de qué forma implementar las nuevas restricciones en la política de asilo. Una opción que se valora es introducir las modificaciones mediante una orden ejecutiva. Otra variante es aplicar una regulación federal, aunque esta última puede tardar meses en aprobarse.
En tanto, ICE se prepara para priorizar a los inmigrantes recién llegados en los procesos de deportación, aplicando la política de “último en entrar, primero en salir”. Recuerda que en enero último, Joe Biden afirmó estar dispuesto a cerrar la frontera con México de forma inmediata. Eso sería posible si el Congreso presenta un acuerdo que está siendo negociado entre demócratas y republicanos para abordar la crisis migratoria.
Datos oficiales revelan que en los dos años más recientes casi 533 mil cubanos llegaron a Estados Unidos. Esto significa el 4.8% de los 11.1 millones de habitantes de la Isla. Aquí no se incluyen las entradas con otros tipos de visado sobre las cuales no hay cifras oficiales disponibles.