Una de las mayores caídas bancarias de la última década en Estados Unidos se registró tras el colapso de Silicon Valley Bank hace unos días. Expertos aseguran que otros bancos podrían quebrar próximamente.
Esto sin dudas originó una crisis en el sector, y desató la preocupación de millones de consumidores que se debaten entre estas dos opciones.
Proteger el dinero de una bancarrota
Guardar su dinero en una institución financiera, o mantenerlo en sus hogares. Lo cierto es que si antes se había pronosticado la probabilidad de una recesión económica, con semejante crisis bancaria, ahora el país se acerca más.
Las probabilidades de una recesión en Estados Unidos han aumentado considerablemente ante el actual impacto económico de la situación bancaria.
Panorama que está acentuado además, por la parte que implica a los pequeños prestamistas. Así lo confirman los datos de Goldman Sachs, uno de los grupos de banca de inversión y de valores más grandes del mundo.
Goldman Sachs plantea que existe una probabilidad del 35% de que la economía estadounidense entre en una recesión económica para 2024. Lo cual, refleja sin dudas una mayor incertidumbre relacionada con los efectos económicos de esta crisis bancaria.
¿Cuál es el contexto de dicha situación de bancarrota?
Primeramente se dio a conocer la noticia de la bancarrota de Silicon Valley Bank y dos días después ocurrió lo mismo con Signature Bank. Por tanto, el panorama de los últimos tiempos no ha sido para nada alentador.
Por otra parte, Goldman Sachs pronosticó la caída del Producto Interno Bruto estadounidense en un 1.2% para el cuarto trimestre de 2023. Si esto ocurriera, influiría la situación actual de los pequeños y medianos prestamistas, mediada por los sucesos de Silicon Valley Bank y Signature Bank.
Qué bancos tienen más riesgo de bancarrota entonces
Los analistas del banco, encabezados por Manuel Abecasis expresaron que probablemente cualquier impacto crediticio se concentrará en un subconjunto de bancos pequeños y medianos.
Por si fuera poco, el rendimiento de los bonos ha ido disminuyendo, y han caído en precios el petróleo y las acciones. También ha aumentado notablemente la volatilidad de los mercados, por lo que el temor a la recesión económica es cada vez más palpable.