En las últimas semanas los depósitos de efectivo en los diferentes bancos de Estados Unidos han venido experimentando un descenso notable. Ello se debe principalmente al temor de nuevos colapsos bancarios. Los clientes evitan poner su dinero en riesgo.
Los depósitos en todos los bancos comerciales de EE.UU. vienen cayendo y han experimentado su nivel más bajo desde agosto, tras la quiebra de Silicon Valley Bank y otros dos bancos estadounidenses.
Los datos publicados el viernes por la Reserva Federal mostraron que la caída de 125.700 millones de dólares en los depósitos a nivel de todos los bancos de EE.UU. en la semana que finalizó el 22 de marzo.
Aun así, el total de depósitos se situó casi 860.000 millones de dólares por debajo de su máximo histórico del pasado abril, y más de un tercio de esa caída -unos 300.000 millones de dólares- se produjo en las semanas posteriores a la quiebra de SVB el 10 de marzo y de Signature Bank.
El bajón de depósitos durante la primera semana de agitación en el sector bancario fue casi el doble de los 98.400 millones de dólares estimados inicialmente.
El temor a tener dinero en los bancos más pequeños
Los depósitos en los pequeños bancos estadounidenses aumentaron hasta los 5,386 billones de dólares en la semana que finalizó el 22 de marzo, frente a los 5,381 billones de la semana anterior.
Y por otra parte, los depósitos en los 25 mayores bancos por activos cayeron de 10,74 billones a 10,65 billones.
Las autoridades financieras estadounidenses han afirmado en repetidas ocasiones que los flujos de depósitos se han estabilizado tras la histórica corrida de depósitos en SVB y Signature, ambos con niveles excepcionalmente altos de depósitos que superaban el límite de seguro de 250.000 dólares de la FDIC.
Las autoridades estadounidenses se vieron obligadas a tomar la medida de respaldar todos los depósitos de ambos bancos, una medida que ha suscitado tanto elogios como críticas y que ha creado confusión sobre si se ofrecería una protección tan amplia en otras quiebras bancarias como las que algunos expertos han vaticinado.
A pesar de las preocupaciones de los responsables políticos de que las dos quiebras y la conmoción que causaron pudieran instigar una contracción del crédito y que los bancos se retrajeran de conceder préstamos, los préstamos bancarios aún no han registrado una caída sustancial. Excepto en una categoría clave de préstamos empresariales: los préstamos comerciales e industriales.
Éstos cayeron casi 30.000 millones de dólares en la semana, el mayor descenso desde junio de 2021. Sin embargo, no está claro si la caída estuvo relacionada con el colapso de los dos bancos.
Otras categorías de préstamos bancarios, desde bienes raíces comerciales y residenciales hasta tarjetas de crédito al consumo y préstamos para automóviles, han mostrado pocos cambios desde que estalló la agitación bancaria a principios de este mes.