Las costas del condado de Miami-Dade ponen cada dĂa en peligro a las especies marinas que habitan el ĂĄrea. Ya es una noticia recurrente si tenemos en cuenta que hace dos años, aproximadamente, se encontraron 27 mil peces muertos. Todos flotaban en la BahĂa de Biscayne, justo al noroeste de Miami.
Varios meses mĂĄs tarde, la lamentable situaciĂłn se repitiĂł en el mismo lugar floridano, segĂșn la organizaciĂłn Miami Waterkeeper. Apenas se reportaron esos hechos se estudiaron sus causas.
En aquel momento, el mar registrĂł temperaturas muy elevadas y soplaban escasos vientos en la zona. Ello se tradujo automĂĄticamente en bajos niveles de oxĂgeno en el agua, elemento letal para la vida marina.
Little River, en el foco de la contaminaciĂłn
La barriada de Little River sigue dando de qué hablar negativamente en este sentido. De allà provienen muchos residuos contaminantes.
En tanto, los desechos de fosas sĂ©pticas y otros elementos provocan que las algas crezcan mĂĄs de lo habitual. AsĂ, bloquean la luz solar que permite producir oxĂgeno a la hierba marina. Al mismo tiempo, las propias algas succionan el oxĂgeno que requieren los peces para respirar.
La directora ejecutiva de Miami Waterkeeper, Rachel Silverstein, dijo que existe demasiada contaminaciĂłn de nutrientes en la bahĂa.
âTenemos un grave problema en nuestra red de canalesâ. Estamos arrojando desechos de os inodoros en el manto freĂĄticoâ alertĂł Silverstein.
A propósito del tema, el Departamento de Agua y Alcantarillado de Miami-Dade informó que en Little River hay casi 300 viviendas que emplean fosas sépticas.
El alcantarillado de esas casas se comenzarå a reparar en marzo del próximo año, libre de costos para los propietarios.
Todo parece indicar que el aumento del nivel del mar sigue provocando la degradaciĂłn de dichos sistemas sĂ©pticos. La uniĂłn de todos los factores mencionados genera problemas ambientales y de salud pĂșblica.