Varios países han comenzado a emitir alertas y advertencias a sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar a Estados Unidos, tras los recientes cambios en la política migratoria impulsada por el presidente Donald Trump.
Las autoridades alertan sobre interrogatorios más duros, detenciones prolongadas y normas de ingreso más estrictas que podrían afectar incluso a turistas y residentes legales.
Riesgos para quienes viajen a Estados Unidos
Gobiernos como los de Canadá, Reino Unido, Alemania, Dinamarca y Finlandia han actualizado sus recomendaciones de viaje. En todos los casos, señalan preocupaciones por el trato que podrían recibir sus ciudadanos en aeropuertos o pasos fronterizos estadounidenses.
Uno de los puntos que más controversia ha generado es la política del actual gobierno estadounidense de reconocer únicamente dos sexos —masculino y femenino—, lo que ha despertado preocupación en sectores defensores de los derechos humanos y en la comunidad LGTBIQ+. Las autoridades temen que los retrocesos de Estados Unidos en materia sexual generen discriminación o impedimentos para entrar al país.
Además, varios viajeros han denunciado detenciones sin explicaciones claras y condiciones de retención difíciles. Una ciudadana canadiense declaró haber estado detenida durante casi dos semanas, experiencia que calificó como un “secuestro” en territorio extranjero. En Alemania, también se reportaron casos de ciudadanos retenidos, incluidos residentes permanentes en Estados Unidos.
El turismo internacional podría verse afectado
Estas advertencias no son simbólicas: pueden tener un impacto directo en el turismo hacia Estados Unidos. Así lo advierten expertos como David Beirman, profesor en la Universidad Tecnológica de Sídney, quien señaló que muchos viajeros internacionales toman decisiones basadas en las alertas emitidas por sus gobiernos.
Oscar Vorobjovas-Pinta, académico de la Universidad de Tasmania, coincidió en que si más países europeos se suman a las advertencias, podría consolidarse una percepción negativa del país como destino turístico. Esto afectaría especialmente al turismo procedente de Europa, que representa una parte importante del mercado internacional.
Tendencias preocupantes y cifras en descenso
Según la firma Tourism Economics, si Estados Unidos mantiene esta línea de endurecimiento migratorio junto a políticas económicas poco favorables, como aranceles y restricciones comerciales, el país podría experimentar una caída de hasta un 15.2 % en la llegada de turistas internacionales, en comparación con las proyecciones anteriores.
Las cifras históricas muestran que el turismo hacia Estados Unidos ha tenido una recuperación progresiva desde la pandemia, pero sigue siendo vulnerable a factores políticos. Entre 2019 y 2024, las llegadas internacionales fluctuaron de manera notable:
- 2019: 79,4 millones
- 2020: 19,2 millones
- 2021: 22,3 millones
- 2022: 50,8 millones
- 2023: 66,4 millones
- 2024: 90 millones
Una reversión de esta tendencia podría tener consecuencias económicas significativas, especialmente en los estados que dependen del gasto turístico para sostener empleos e ingresos locales.
Trump planea un veto migratorio que incluye a Cuba
Fuentes citadas por The New York Times revelaron que la administración Trump trabaja en una nueva orden ejecutiva para restringir la entrada a ciudadanos de hasta 43 países. Este posible veto migratorio sería más amplio que el impuesto durante su primer mandato.
La propuesta contempla tres categorías:
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Una “lista roja” con 11 países cuyos ciudadanos quedarían completamente vetados para ingresar a Estados Unidos, incluso como turistas, estudiantes o refugiados. La lista incluye a: Afganistán, Bután, Cuba, Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Sudán, Siria, Venezuela y Yemen.
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Una “lista naranja”, donde estarían países como Rusia, Haití, Pakistán, Bielorrusia y Eritrea. Sus ciudadanos tendrían restricciones en la emisión de visados, aunque podrían recibir excepciones por motivos económicos o profesionales.
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Y una “lista amarilla” de 22 países que tendrían un plazo de 60 días para mejorar sus controles migratorios y compartir más información con las autoridades estadounidenses, o enfrentar sanciones similares.
El borrador aún se encuentra en fase de revisión, pero de aprobarse, marcaría un endurecimiento drástico en la política de entrada a Estados Unidos, con consecuencias diplomáticas y humanitarias que ya están generando preocupación internacional.