En la madrugada del lunes 6 de febrero del presente año ocurrió un sismo al oeste del territorio de Nueva York en Estados Unidos. Las consecuencias del fenómeno natural no evidenciaron perjuicios de gran magnitud, pero los residentes sí se preocuparon mucho.
Esta región no se caracteriza por tener una actividad sísmica de importancia, sin embargo el Servicio de Geología estadounidense registró el movimiento telúrico. El valor que se marcó estuvo en 3,8 grados y el lugar con mayor intensidad se detectó al este de la zona urbana de Buffalo.
Se asegura que específicamente aconteció en el poblado de West Seneca en el condado de Erie. La hora exacta estuvo cerca del amanecer, a las 6:15 a.m.
Experiencias aterradoras
El especialista Yaareb Altaweel comentó que este terremoto se convirtió en el más grande que aconteció en el estado de Nueva York en 40 años. Una de las autoridades en la región, Mark Poloncarz compartió su experiencia en la red digital Twitter.
El señor tuvo que saltar asustado de su cama porque pensó que un automóvil había chocado con su vivienda. Varios directivos comunicaron que el suceso se constató en una distancia de 48 kilómetros y fue perceptible en las Cataratas del Niágara.
Estas caídas de agua se encuentran en la parte norte de la ciudad de Buffalo, a 32 kilómetros. En Canadá la intensidad aumentó a 4,2 en la escala sismológica de Richter.
Al sur de la provincia canadiense de Ontario, la más poblada, se registraron movimientos del terreno de manera ligera. Los terremotos de poca envergadura suceden a veces al norte de la costa este de Norteamérica, pero lo extraño es que acontezcan con valores altos.
Los funcionarios del Servicio Geológico norteamericano descartaron un vínculo entre este acontecimiento y el de Turquía que le provocó la muerte a muchas personas.
