Una estadounidense se convirtió en la primera mujer curada del VIH, luego de haber recibido un trasplante de células madre. Este hecho histórico fue anunciado en Nueva York por el equipo de especialistas que tuvo a su cargo el procedimiento.
La mujer, cuyos datos no se han hecho públicos, fue atendida en el hospital New York-Presbyterian Weill Cornell de Manhattan. Había sido diagnosticada con VIH en 2013 y cuatro años después enfermó de leucemia. El reto de los médicos era encontrar un donante de células para tratar el cáncer y al mismo tiempo, el VIH.
Finalmente “La paciente de Nueva York”, como se le conoce, fue sometida a un trasplante de células madre provenientes de un cordón umbilical. El donante posee resistencia natural al virus que provoca el Sida.
Según los médicos, durante catorce meses las diferentes pruebas realizadas no han detectado presencia de VIH en la paciente, la cual tampoco ha sido tratada con antirretrovirales. Por esa razón se le considera curada del virus.
Hasta el momento, solo dos hombres en el mundo se han curado de VIH. La norteamericana sería la tercera, y la primera mujer en lograrlo.
Un hito en la lucha contra el VIH
Una diferencia histórica en este caso es que los dos hombres fueron tratados con células madre de personas con una mutación genética que los hacía resistentes al VIH. Sin embargo, esta vez los científicos no usaron células de un donante adulto, sino de un cordón umbilical. Por eso no es necesario el mismo nivel de compatibilidad entre el que dona y el receptor, algo que podría beneficiar a más personas.
De cualquier modo, el trasplante de células madre solo se emplea en pacientes de VIH cuando estos sufren cáncer o alguna otra enfermedad grave que justifique un procedimiento tan complejo.
Deborah Persaud, especialista de la Universidad Johns Hopkins relacionada con esta investigación, dijo al canal NBC que la terapia con células madre “sigue siendo una estrategia sólo factible para un puñado de los millones de personas que viven con VIH”.
En el mundo hay 37,7 millones de personas infectadas con el virus. Aunque la cura aún no existe, lo logrado con esta mujer norteamericana hace renacer las esperanzas.